Cualquier persona que ha vivido en una ciudad sabe que la congestión vehicular puede, además de desesperar, tragarse una buena cantidad de gasolina dado que los carros deben detenerse y andar cada pocos segundos. Cada vez que el vehículo debe arrancar consume una buena cantidad de combustible en comparación con lo que tragaría si estuviera rodando sin interrupción. Es una realidad con la que viven los conductores modernos, pero científicos de las universidades MIT y Princeton desarrollaron una aplicación para smartphones que aliviaría el problema para ahorrarles hasta 20% de combustible a los conductores que lo utilicen.
La aplicación se llama SignalGuru, es el invento de un equipo de investigadores liderado por Emmanouil Koukoumidis de MIT y tiene como objetivo reducir a un mínimo la cantidad de veces que el conductor debe detener su vehículo. La idea detrás del invento es sencilla de concebir pero difícil de aplicar, pues busca evitar que el usuario pierda tiempo detenido en los semáforos diciéndole qué tan rápido debe ir para no parar en la próxima luz roja.
Para lograrlo, la aplicación utiliza la cámara del celular, el cual debe estar montado en el tablero del auto para que el lente quede mirando hacia afuera y pueda capturar imágenes de lo que está en frente del vehículo. El software se encarga de enviar información de los semáforos que ve a otros usuarios de SignalGuru, de tal suerte que el sistema logra calcular cuándo van a cambiar ciertos semáforos. Esto causa que la aplicación le avise al conductor cuánto tiempo tiene para que cambie el semáforo y a qué velocidad debe ir para evitar la luz roja.
La aplicación fue probada en Cambridge, Estados Unidos, y en Singapur para evaluar qué tal funciona en dos tipos de semaforización diferentes. Mientras en el sistema americano las luces cambian según un horario predeterminado, en el caso asiático los semáforos se adaptan constantemente al estado del tráfico sobre las vías.Para el caso gringo, la aplicación tuvo una margen de error de apenas dos tercios de un segundo, mientras en Singapur subió hasta dos segundos completos. Esas son buenas noticias para la mayoría de los países incluyendo a Colombia, pues por lo general el sistema de semaforización se parece más al de Cambridge que al de Singapur.
A pesar de que su precisión puede variar, Koukoumidis explicó que usando este sistema los conductores se pueden ahorrar un buen porcentaje de su gasolina, lo que no solo reduce gastos sino también la contaminación.Sin embargo, algunos problemas han impedido, por ahora, que llegue a las manos del público. Por ejemplo, en este momento todas las instrucciones para el conductor aparecen en la pantalla y no tienen audio, lo que lo obliga a la persona a estar mirando el smartphone y por lo tanto pone en peligro su seguridad al manejar. Por otro lado, como lo anota Techland también existe la pregunta moral sobre si está bien sugerirles a los conductores que aceleren para evitar un semáforo en rojo.
Pero quizás el reto más complicado de todos para que funcione el software es llegar a la masa crítica de usuarios que requiere para ser exitoso. Sin una buena cantidad de personas usando la aplicación en la misma ciudad y al mismo tiempo, es imposible que el sistema funcione de la manera adecuada. La buena noticia es que otras aplicaciones que tienen requisitos y finalidades similares, como Waze, han demostrado que lograrlo no es imposible.
Además, ¿quién no quiere ahorrarse 20% del combustible que usa su carro al tiempo que evita (un poco) esas despreciables congestiones a las que nos tienen acostumbrados las ciudades modernas?
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