martes, 1 de noviembre de 2011

Científicos inventan forma de detectar explosivos con impresora y papel

En este mundo amenazado por el terrorismo, la necesidad de los detectores de explosivos es más urgente que nunca. Desde campos de batalla llenos de minas y dispositivos de explosivos improvisados (IED, en inglés) a la seguridad en puertos marítimos y aeropuertos, el uso de estas tecnologías se ha vuelto universal para garantizar la seguridad. Pero no ha podido llegar a todo tipo de organizaciones, por sus altos costos y su complejidad.
El problema es que estos detectores necesitan tecnologías complicadas, y esto eleva sus costos notablemente. Los detectores baratos no tienen buena capacidad de detección, y los que son muy sensibles a materiales explosivos son muy costosos.
Por eso, a pesar de los avances tecnológicos, es probable que el método más fiable hasta ahora sigan siendo los perros con el olfato entrenado a detectar explosivos. Pero la inversión en el desarrollo de nuevas tecnologías es bastante grande, teniendo en cuenta el lucrativo mercado de la seguridad.
Ahora un equipo de investigación del Instituto de Tecnología de Georgia, Georgia Tech, en Estados Unidos, ha desarrollado una nueva forma de desarrollar detectores de explosivos que es barata, fácil de producir y, por ende, aún más fácil de desplegar en todo el mundo en campos y usos que hasta ahora no podían contar con estos dispositivos.
Se trata de algo tan simple como un documento impreso. Tiene que ver con el tratamiento de la tinta que se usa para imprimir en papel, apoyados en la nanotecnología (el estudio de materiales y sistemas a nanoescala, es decir, del tamaño de átomos y moléculas).
Los investigadores desarrollaron una tinta que consiste de nanotubos de carbono. Usando nanopartículas de plata, la tinta pasa por un proceso que usa ondas de sonido que la hacen más viscosa. Una vez se fija, la tinta forma cilindros microscópicos conocidos como nanotubos. De ahí los nanotubos se cubren con un polímero conductivo que atrae el amoníaco, el ingrediente más común de todo tipo de explosivos.
Además, se pueden usar capas de diferentes polímeros para detectar diferentes tipos de materiales. Es algo así como los pedacitos de papel que los agentes de seguridad le pasan al equipaje en el aeropuerto, solo que muchísimo más sensible y supuestamente puede detectar cantidades de explosivo mucho menores de lo que hoy logran los detectores normales.
Para el doctor Krishna Naishadham, líder del equipo de investigación, “este prototipo representa un paso adelante para producir un sistema inalámbrico integrado para la detección de explosivos. Incorpora un sensor y un dispositivo de comunicación en un paquete pequeño, de bajo costo, que puede funcionar en casi cualquier parte”.
El científico agregó: “Nos enfocamos en proveer detección en misiones militares o humanitarias y en otras situaciones peligrosas. Creemos que será posible, y costo-efectivo, desplegar grandes números de estos detectores en vehículos y robots“.
Sigue siendo un prototipo en desarrollo, pero de hacerse realidad, sería un elemento sumamente importante para prevenir posibles ataques terroristas en lugares en los que era imposible contar con detectores de explosivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario